viernes, 13 de mayo de 2005

SOLIDARIOS SIN FRONTERAS

Solidarios sin fronteras  (tomado de "Noticas Rivas vaciamadrid")
Miembros del Consejo de Cooperación Local.
Cuatro ONGs locales y más de diez estatales actúan en Rivas para impulsar proyectos de cooperación al desarrollo en países subdesarrollados. Uno de los rasgos característicos de Rivas es la existencia de un movimiento asociativo muy extendido. Uno de los campos más activos es el de la cooperación.
Sensibilizar a la ciudadanía ripense sobre las injusticias que se cometen en el mundo y desarrollar acciones para mejorar las condiciones de vida en esas regiones son los objetivos básicos de las organizaciones de cooperación al desarrollo. En Rivas, cuatro organizaciones locales y más de diez de ámbito estatal desarrollan sus proyectos solidarios con el apoyo de la ciudadanía.

Texto: Hernán Díaz / Fotos: Jesús Pérez

Uno de los rasgos característicos de Rivas es la existencia de un movimiento asociativo muy extendido y diverso. Uno de los campos más activos es el de la cooperación al desarrollo, en el que actualmente trabajan más de 15 organizaciones. Cuatro de ellas son de ámbito local: Aula de Solidaridad, Guanaminos sin Fronteras, Rivas-Sahel y XXI Solidario. El escenario se completa con organizaciones de ámbito estatal, como Cruz Roja Española, Entrepueblos, Unión Solidaria (UNIS), Porta Aperta, ISCOD, ISTAS, Paz con Dignidad, Cultura y Cooperación (CUCO) y SOTERMUN, entre otras. 

Dentro del tejido asociativo, nadie duda en señalar al colectivo Aula de Solidaridad como la cantera del movimiento solidario ripense. El Aula surgió en 1994, en unos barracones de la Universidad Popular que estaban ubicados donde hoy se levanta el centro comercial Rivas Centro. En sus inicios estuvo formada por un grupo de vecinos de COVIBAR y Pablo Iglesias que buscaban canalizar sus inquietudes sobre la situación de determinadas zonas del mundo. Inicialmente, su preocupación se centraba en Latinoamérica, particularmente Cuba y Chiapas, pero más tarde también se interesaron por hacer visible la situación de los países árabes y África. Desde sus comienzos, el Aula se planteó como un espacio de sensibilización de la ciudadanía ripense, sin voluntad de gestionar proyectos en los países afectados por las injusticias. “Nuestro objetivo siempre ha sido concienciar a la población para cooperar con el Tercer Mundo, no en una línea humanitaria sino de justicia social, para establecer gobiernos justos y democráticos”, explica Charo Pico, uno de sus miembros. Hasta la constitución del Consejo Municipal de Cooperación, en 2004, el Aula fue el espacio donde se debatía qué proyectos debían contar con financiación de la administración local. El Aula se convirtió con el tiempo en la cantera de otras organizaciones de cooperación: “Estamos orgullosas de haber sido el inicio del movimiento solidario en Rivas. Del Aula han surgido muchos grupos solidarios y eso es muy gratificante”, explica Carmen Gómara, otra de las integrantes. 


Y LLEGÓ EL SÁHARA

Uno de los primeros frutos de la actividad de sensibilización del Aula de Solidaridad fue la creación de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharahui Rivas Sahel. La organización nació en 1996 por la inquietud de un grupo de familias que acogieron a niños provenientes de los campos de refugiados saharahuis, en el marco del programa ‘Vacaciones en Paz’, todavía vigente. Rivas Sahel centra su labor en proporcionar ayuda humanitaria al pueblo saharaui para garantizar su subsistencia en esa zona inhóspita, para lo cual realizan recogida de ropa y alimentos, mercadillos y toda actividad que les permita generar recursos para la causa. Este año han estado dedicados a la mejora del sistema fotovoltaico de un hospital en los campos de refugiados, en colaboración con la Media Luna Roja Saharaui. Inma Lahoz, una integrante de la asociación que visita la zona dos veces cada año para colaborar como anestesista en un programa coordinado por Médicos del Mundo, habla del “tremendo desamparo y la desesperanza que genera ver la involución de este pueblo, tirado en medio del desierto, sin nada que hacer, sin futuro”. Pero Rivas Sahel no pierde la esperanza y allí sigue, levantando las banderas para la celebración de un referéndum de autodeterminación que permita a los saharuis recuperar sus territorios mientras planifica el próximo proyecto de con el cual ayudar a su subsistencia.

Otra entidad que no hay que perder de vista es Guanaminos sin Fronteras, una organización lúdico-festiva surgida para los Carnavales de 1997 con un objetivo claro: “Generar dinero para dedicarlo a proyectos de cooperación al desarrollo” según explica Concha, una de sus fundadoras. Todos los años, unos 50 guanaminos, con edades que oscilan entre los 8 y los 80 años, participan en los Carnavales y la Noche Vieja. Si obtienen algún premio, lo destinan a proyectos de cooperación, generalmente de salud, en Chiapas, Palestina, África o cualquier región del mundo que lo necesite. Guanaminos no gestiona proyectos directamente, sino que canaliza los recursos a través de organizaciones asentadas en las zonas desfavorecidas: “Somos una ONG local muy pequeñita, así que cuando juntamos dinero hablamos con otras organizaciones, les preguntamos qué proyectos están desarrollando y entre todos elegimos a cuál de ellos lo destinamos”, explica Concha.

La entidad XXI Solidario es la otra organización de cooperación cien por cien ripense. Surge en 2005 con el fin de denunciar las enormes desigualdades e injusticias sociales y políticas del mundo, siempre dispuestos a colaborar en el desarrollo de los pueblos empobrecidos y discriminados. Como su nombre revela, apuestan por un siglo XXI solidario, “una utopía en el mundo actual”, apunta Juan Diego Quesada. Otro de sus integrantes, Javier González, asegura que “pretendemos combinar la sensibilización con la cooperación: cambiar la forma de pensar aquí al mismo tiempo que hacemos cosas para transformar las condiciones de vida allí”. En la actualidad desarrollan un proyecto educativo con las Comunidades de Paz en San José de Apartadó, en Colombia, para la implementación de zonas humanitarias. “Siempre con una contraparte local y nunca como un mero envío de dinero, porque nuestra voluntad es garantizar que los recursos sirven para mejorar la realidad”, enfatiza Juan Diego.

Evidentemente, tanta actividad no es una casualidad sino fruto de una profunda conciencia ciudadana, manifiesta en los muchos voluntarios que, de manera altruista, aportan su tiempo y saber hacer para colaborar con los pueblos del mundo que más lo necesitan. La Casa de las Asociaciones se ha convertido en el epicentro de las actividades solidarias. En ese enclave, las cuatro organizaciones locales disponen de un espacio para reunirse y trabajar, además de salas para realizar sus actividades de sensibilización. Pero, sobre todo, la Casa es un punto de encuentro y coordinación que ha permitido ampliar la colaboración entre organizaciones. Como lo definía con ironía una voluntaria, “aquí estamos todos liados”. 


RIVAS CUMPLE

El compromiso solidario de la ciudadanía ripense tiene su reflejo en los presupuestos municipales. Cuando en muchas localidades y comunidades autónomas el compromiso de destinar el 0,7% a la cooperación internacional se sigue incumpliendo, el Ayuntamiento de Rivas destina desde hace años el 1% de su presupuesto a la cooperación al desarrollo. En 2007 se están ejecutando 22 proyectos, con un presupuesto de 494.317 euros, en materias tan diversas como fortalecimiento institucional, salud, desarrollo integral, infraestructuras y derechos humanos. Kenia, Burkina Faso, Cuba, Nicaragua, Perú, Bolivia, Guatemala y Argelia son algunos de los países beneficiados por esos proyectos. Recientemente se sumaron otros 48.000 euros para dos proyectos de emergencia, destinados a paliar las consecuencias del terremoto en Perú y las inundaciones en Guatemala.

“Lógicamente, el 1% del presupuesto de Rivas no es suficiente para ayudar al desarrollo de los países empobrecidos, pero sí es muy necesario. Y va unido al compromiso de escuchar las necesidades de esos pueblos para ayudarlos a que ellos sean sujetos activos de su propio desarrollo”, explica Raúl Martínez, concejal de Salud y Cooperación. El 1% de Rivas supera ampliamente las aportaciones de otras administraciones. La Comunidad de Madrid sólo ha destinado en 2007 el 0,47%. 

Las ONG reconocen que Rivas es un entorno especialmente favorable para los proyectos solidarios. “Aquí tenemos una vecindad progresista, joven y concienciada, y además un ayuntamiento que se compromete con recursos y con la voluntad de ayudar a hacer”, destaca Juan Diego, de XXI Solidario. En la misma línea, Inma, de Rivas Sahel, insiste en que “no se trata sólo de dar subvenciones, sino también de respaldar los proyectos de las organizaciones y facilitar su tarea, y afortunadamente eso sucede”. Posiblemente el desafío más importante sea conseguir una mayor implicación y compromiso de la ciudadanía en este tipo de proyectos. Javier, de XXI Solidario, muestra su optimismo al afirmar que “las personas tenemos una predisposición innata a la solidaridad, y nuestra tarea está en ayudarlos a decidirse a participar”. Lo mismo piensa Pilar, de Rivas Sahel, quien cree que “muchas veces tenemos la voluntad de implicarnos de alguna manera, y sólo nos falta un empujoncito para decidirnos a echar una mano”.

CONSEJO MUNICIPAL DE COOPERACIÓN

Un Consejo que decide las ayudas
Desde el año 2004, Rivas cuenta con un Consejo Municipal de Cooperación en el que están representadas con voz y voto todas las organizaciones de cooperación al desarrollo con sede o delegación en el municipio y los grupos políticos con representación en la Corporación municipal. Aunque las decisiones que allí se toman no sean vinculantes, en la práctica lo aprobado en el Consejo es avalado por el Pleno municipal. Una de las labores más importantes del Consejo es evaluar y aprobar los proyectos que solicitan financiación de la administración local. De esta forma, las organizaciones del sector participan activamente en la elaboración de los presupuestos municipales en esta materia. El Consejo también elabora estudios, informes y propuestas que sirvan para guiar las actuaciones municipales en materia de cooperación internacional. Asimismo, La existencia de este ámbito democrático de participación ha servido también para aumentar la colaboración y cooperación entre las entidades que trabajan en la cooperación al desarrollo.


Tres ciudades hermanas
Para llevar adelante de manera directa acciones de cooperación al desarrollo, el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid está hermanado con las ciudades de Daira Tichla Auserd (Sáhara), Batabanó (Cuba) y Jenin (Palestina). En el marco de esos hermanamientos, en el año 2007 se ha financiado la dotación para una guardería en Daira Tichla, proyecto gestionado por Rivas Sahel en conjunto con la Media Luna Roja Saharahui, y se ha continuado apoyando al Centro Infantil “Sabra”en el Campo de Refugiados de Jenin, un proyecto impulsado por Guanaminos sin Fronteras que gestiona la Unión de Comités de las Mujeres Palestinas (UPWC). Asimismo, se ha colaborado en la rehabilitación del sistema de alcantarillado de Batabanó, en colaboración con Poder Popular de La Habana. Rivas también participa de la Alianza Madríz-Madrid, un proyecto de la Federación de Municipios Madrileños que tiene como objetivo el fortalecimiento institucional en el departamento de Madríz, en Nicaragua.

del Reportaje "Solidarios sin fronteras" (http://www.rivas-vaciamadrid.org/vernoticias.php?id=672): Texto: Hernán Díaz / Fotos: Jesús Pérez